Cuando el internet penetró en la esfera mundial durante la década de los 90 muchas fueron las interrogantes sobre su uso, su potencialidad o la forma en la que cambiaría la rutina y actividad humana. Hoy en día no hay dudas al respecto. El avance tecnológico impuesto por el internet ha superado las expectativas iniciales y ha modificado la vida en la Tierra.
Casi 20 años después el mundo presencia la irrupción de la criptomoneda o moneda digital y vuelven a generarse inquietudes sobre sus ventajas reales y su fuerza como sistema monetario, pues al ser una propuesta nueva todavía no existe un consenso legal respecto a su funcionamiento y aparataje que amerita para cumplir su cometido.
La tecnología detrás de la criptomoneda ha ofrecido beneficios prácticos a diversas empresas en diferentes latitudes mundiales. Uno de estos responde al nombre de blockchain o cadena de bloques y se refiere a un libro de contabilidad público virtual, que permite confirmar las transacciones encriptadas realizadas con la moneda digital. Cuando las transacciones son confirmadas se colocan en un bloque y se añaden a la cadena, volviéndose registros aparentemente inmutables.
La operación de este sistema requiere de un soporte legal consciente de las ventajas y retos, lo que representa una labor novedosa para los profesionales del Derecho en todo el mundo.
¿Por qué el blockchain sigue creciendo?
A pesar de que todavía se encuentra a prueba en algunas industrias que se han atrevido a usarlo, el blockchain ha reportado importantes beneficios para hacer de las transacciones un proceso cada vez más eficiente y seguro.
Entre las ganancias adquiridas está el hecho de que el blockchain subvierte las cadenas de distribución imprimiéndole mayor velocidad a las transacciones entre fronteras y mejorando la transparencia de las mismas. De igual manera, le ofrece identidad a quien no la tiene para operar, promoviendo la inclusión financiera y permitiéndole a los países con tecnologías incipientes formar parte de las transacciones globales con mayor facilidad.
Con la llamada cadena de bloques es posible separar la identidad de quien ejecuta la transacción de la operación monetaria, reduciendo la posibilidad de hackeo. En su proceder elimina muchos procedimientos tradicionales por lo que disminuye considerablemente el tiempo empleado en las operaciones y evita involucrar a terceros en ellas.
Por lo tanto, la aplicación del blockchain implica la reducción de costos asociados a estas operaciones, la inmutabilidad de los registros contables, la transparencia de las transacciones y la creación de nuevos modelos de negocio. Al igual que la criptomoneda no es regulado por alguna autoridad central, tales como un banco o gobierno.
Su nacimiento respondió a la necesidad de brindar garantía a las transacciones en línea de la criptomoneda, asegurando un mecanismo confiable para que dos interesados pudiesen hacer negocio sin tener que conocerse.
Sin embargo, este concepto se ha extendido más allá de su uso con la moneda digital, ofreciendo sus beneficios a otros espacios. De allí han surgido distintas versiones de blockchain entre los que destacan los privados que requieren de aprobación para su uso. Esta limitación se debe al temor de algunas empresas de ser sancionadas en caso de hackeo, debido a la falta de regulación y normativas que controlen el funcionamiento del sistema.
Es ante estas circunstancias que visualizamos a la asesoría legal de los expertos en leyes como una acción imprescindible en la creación de las nuevas propuestas monetarias. Apenas en diciembre de 2015 la Nasdaq, considerada la segunda bolsa de valores electrónica más grande de Estados Unidos, realizó la primera transacción empleando un blockchain. La novedad de estos procesos requiere del estudio de quienes conocen los estamentos legales, a fin de definir las regulaciones de acuerdo a la naturaleza de este sistema.
El mercado inmobiliario ha sido uno de los pioneros en poner a prueba al blockchain. La labor en esta área parecer ser prometedora frente a este nuevo sistema, pues resuelve problemas frecuentes como el fraude, el pago de comisiones y las fricciones con los intermediarios.
También simplifica y acelera los procesos mientras mantiene la transparencia de los mismos. La posibilidad de reforzar la seguridad de los registros de las propiedades ha sido una de las razones por las que el sistema ha sido muy apreciado en el mundo inmobiliario.
Retos que superar relacionados con el blockchain
Las ventajas del blockchain parecen invaluables. Sin embargo, también se deben revisar los riesgos y retos que se presentan a la hora de adoptar este sistema. A pesar de los controles establecidos, la seguridad no es infalible, ya que cuando se le da acceso a algún individuo es posible que ese usuario termine obteniendo acceso a toda la plataforma. La naturaleza de la cadena de bloques no admite instaurar más restricciones porque significaría implementar más procesos y privar al sistema de su eficiencia.
La inmutabilidad de los registros guardados no se puede alterar. Más técnicamente se ha descubierto que se pueden “sortear” y de alguna forma violentar la seguridad. Tras evaluar las potencialidades y retos que superar, la recomendación para su uso es cerciorarse de que la empresa haga negocio con diversos involucrados que necesiten de la confianza y el acceso a cierta información.
Como se ha mencionado anteriormente los aspectos legales que enmarcan el uso de la tecnología deben ser desarrollados para impulsarla. Un reglamento le otorga piso jurídico y legalidad a todos estos procesos innovadores que buscan facilitar y asegurar las transacciones financieras.
Sobre todo en los países con una tecnología poco desarrollada al respecto, como es el caso de Venezuela, se hace imperante definir una legislación consensuada que apoye la seguridad jurídica de quienes realicen estas transacciones digitales, a fin de evitar la violación de los derechos humanos, la ejecución de delitos de extorsión, estafas o lavado de activos.
Este tema sin duda abre una nueva posibilidad a los abogados en todo el mundo para estudiar el panorama legal e innovar en un marco regulatorio para esta tecnología naciente. La formación, la experiencia y el ímpetu por conocer serán factores claves para la elaboración de un fornido estatuto legal.
Fuentes consultadas