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La recusación, una facultad para garantizar la imparcialidad

Cuando una de las partes o ambas involucradas en un proceso jurídico sienten que un juez o miembro del tribunal colegiado se encuentra parcializado, la ley les ofrece la facultad de solicitar que dicha persona sea apartada de sus funciones en el caso. Sólo las partes esenciales del proceso puede amparar a este recurso, es decir el actor y el demandado del caso.

El término recusación proviene del vocablo en latín recusatio que significa rechazar o no dar consentimiento a algo. Puede ser solicitada en cualquier etapa del proceso legal y es aplicada cuando alguna de las partes considera que un integrante de un tribunal o un fiscal no se encuentra en la capacidad de ser imparcial frente al caso.

Estas son algunas de las principales razones que originan una recusación:

  • Que el juez sea pariente, compadre, amigo, enemigo, deudor o acreedor de alguna de las partes.
  • Que el juez o miembro del tribunal haya recibido obsequios de alguna de las partes.
  • Que el juez haya sido querellante de alguna de los involucrados o haya prejuzgado antes de conocer el caso.

La solicitud de la recusa procede cuando el juez o miembro del tribunal no se hubiese inhibido de estar comprometido en las causales y aún sigue involucrado en el proceso legal. En caso de que la persona objeto de recusación no acepte el cese del caso, se le debe informar a su superior a través de un informe explicativo.

Cabe destacar que una recusación por sí sola no suspende el curso del proceso legal principal. Cuando la recusación es declarada legal, el juez o miembro del tribunal debe abandonar el caso y pierde la competencia del casol. De aceptarla, el procedimiento queda a cargo del próximo juez en número en un breve lapso. Al rechazar la recusación, la demanda pasa a un juez competente quien realiza una audiencia para tomar un veredicto en torno al caso. Mientras se decide la validez de la recusación, las competencias del recusado no se detienen. Cuando una recusación es declarada improbada, se asume el pago de costas y multas al recurrente. La resolución no puede volver a apelarse en este escenario legal.

Es importante señalar que cuando algún juez o miembro del tribunal sienta comprometido su criterio profesional por razones de diversa índole, la ley les ofrece el recurso de excusa o inhibición que les permite desconocer el procedimiento legal cuando ellos se consideren que su imparcialidad es dudosa.

Adicionalmente existen límites de solicitudes de recusación, por ejemplo el código procesal penal venezolano establece como máximo poderla solicitar hasta tres (3) veces durante todo un proceso. Esto con el fin de evitar maniobras de dilación de procesos por parte de las partes.

También es importante saber que existe la figura del allanamiento del juez, que en materia penal no es aceptada en casi ninguna legislación. Ya que la misma consiste en que las partes a pesar de saber que existen una de las causales para que el juez se inhiba del caso, le piden que por su trayectoria profesional y profundo conociendo pueda dirimir la controversia planteada por las partes.

La falta de imparcialidad en un juez o persona con poder de decisión en la causa legal es un atentado grave a la libertad y a la justicia, que puede acarrear serias consecuencias, pues involucra las garantías constitucionales de terceros.

En Alan Aldana & Abogados, enaltecemos la figura de la imparcialidad e independencia que debe tener el juez, personificada con la Dama de la Justicia como la única que puede mantener el balance entre la verdad y la justicia.

Fuentes consultadas