El avance de las tecnologías digitales ha implementado cambios profundos en la humanidad, pero también ha facilitado tareas cotidianas como la compra en línea de productos, el estudio a distancia e incluso las comunicaciones interpersonales. Sin embargo, en todos estos procedimientos digitales conllevan una gran responsabilidad: proteger los datos y la integridad virtual de los usuarios.
El reciente caso de Facebook y la empresa Cambridge Analytica puso nuevamente en evidencia la necesidad de manejar de forma ética y responsable la privacidad de los usuarios digitales. Las repercusiones legales de usar de forma inapropiada la información privada pueden ser costosas en algunos países.
La demanda en el caso de Facebook fue emprendida por Reino Unido, donde diversas personas denunciaron que su información privada e identidad fueron usadas para el desarrollo de campañas electorales y propaganda política. La situación judicial enfrentada por la red social más popular en la actualidad, pone el foco de atención en los sistemas legales que construyen los Estados para proteger estos datos.
En Estados Unidos y Europa estos mecanismos son muy diferentes, pues en el viejo continente la tendencia es a proteger de la mejor forma posible toda la información suministrada por el usuario; mientras que en el país de América del Norte se suele privilegiar la seguridad nacional sobre la propiedad de cada ciudadano de su información privada.
Los datos de los usuarios: dos visiones de protección
Tres leyes tienen la función de proteger los datos en Estados Unidos y principalmente resguardan la información sobre salud y crédito. Estas son: Ley de Transferibilidad y Responsabilidad del Seguro Sanitario promulgada en 1996 para preservar la información médica individual, haciéndola disponible solo para los profesionales de salud tratantes; la Ley Federal de Transacciones Crediticias Justas y Exactas, promulgada con la intención de resguardar la información de crédito de los consumidores y evitar fraudes asociados al robo de datos; y la Ley de Protección de la Privacidad de Menores de Los Estados Unidos, creada para proteger la privacidad de los jóvenes menores de 13 años de edad en la web.
Solo bajo estos ámbitos Estados Unidos se compromete a proteger los datos de los usuarios online. Legalmente se puede apreciar que las regulaciones del país en la materia son sectoriales y no tienen un alcance general, a diferencia de las naciones europeas que en general poseen mecanismos regulatorios similares y de amplia proyección tanto para el sector público como para el privado.
La importancia de la protección de la información privada tiene tanta relevancia en Europa que existen agencias nacionales, un grupo de la directiva de la Unión Europea y la Agencia Catalana de Protección de Datos abocados a esta área. El enfoque usado para tratar esta materia en el llamado viejo continente es preventivo, mientras que en Estados Unidos se ataca directamente en la corte y se establecen compensaciones en caso de ser necesario.
Las leyes en esta materia protegen a todo ciudadano que se encuentre en la Unión Europea, sea cual sea su nacionalidad. En el caso del país americano, solo ampara a los ciudadanos norteamericanos.
Una de las diferencias más significativas en los dos sistemas de protección da datos radica en el hecho de que los países europeos solo hacen uso de la información cuando es estrictamente necesario y solo se suelen tomar las datos imprescindibles. Sin embargo, en Estados Unidos el criterio de recolección de información está signado por los intereses de la empresa o institución que los requiera. De igual manera, las sanciones establecidas para delitos de este tipo en Europa suelen ser tasadas y muy elevadas, a diferencia de Estados Unidos en donde no existen sanciones tasadas ni normativas específicas para ello.
Expectativa en puerta
Dos situaciones han causado preocupaciones en quienes estudian y defienden la protección de datos del usuario en la web. En 2017 el gobierno estadounidense de Donald Trump eliminó todos los derechos de privacidad para ciudadanos que no sean norteamericanos. La medida anula el denominado Escudo de Privacidad, un tratado establecido entre Estados Unidos y Europa, con la finalidad de proteger la privacidad de los datos en transacciones comerciales online.
Asimismo, el Tratado de Libre Comercio entre ambos puede comprometer el resguardo de la data, pues el acuerdo tiene como objetivo favorecer el comercio a través de la eliminación de las barreras comerciales frecuentes. Para lograrlo, es imprescindible que ambos territorios reduzcan las diferencias entre ambos sistemas jurídicos.
A pesar de que esta materia todavía es terreno incierto, se han pronunciado autoridades europeas asegurando que no se menoscaban los derechos de los ciudadanos a la protección de su información privada.
Fuentes consultadas