Una sola legislación puede cambiar el panorama económico – social de un país, no solo de forma inmediata sino también a largo plazo, cuando comienzan a sentirse los efectos de la decisión.
Así está ocurriendo en Estados Unidos y en Canadá, a raíz de las políticas establecidas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Cada país, bajo su propio escenario, ha experimentado una realidad diferente con las nuevas medidas. Y son las llamadas “startup” o “empresas emergentes” las que han evidenciado más profundamente los cambios.
Estas compañías se han convertido en grandes fuentes de trabajo en Estados Unidos. Según el artículo Trump´s policies are sending precious startup jobs to Canada, la Fundación Kauffman contabilizó que las startup representan casi toda la generación de nuevos empleos y 20% del total de empleos en Estados Unidos.
Además, una cuarta parte de ellas tiene como dueño a un inmigrante y se dedican al área de la tecnología e ingeniería. Justamente las nuevas regulaciones de la administración Trump impactan notablemente a estos extranjeros que se han dedicado a montar sus propias empresas y que resultan vitales para la economía estadounidense.
Las nuevas políticas han hecho de Estados Unidos un lugar poco acogedor para los jóvenes emprendedores, que han volteado su mirada hacia otras latitudes geográficas.
Política migratoria: Desmotivación al crecimiento
La “Startup Visa” o “Visa de inicio de empresa” fue expulsada de las políticas estadounidenses. La medida permitía a los empresarios extranjeros permanecer en Estados Unidos con la condición de que montaran y desarrollaran su empresa. Para ello les daba un plazo de 30 meses con la posibilidad de prorrogar por 30 meses más la estadía. El beneficio no incluía la posibilidad de solicitar la residencia legal.
A cambio, el emprendedor extranjero debía cumplir con unos requisitos. Por ejemplo, tenía que demostrar que su iniciativa contribuía a la generación de nuevas fuentes de empleo y haber invertido al menos 250.000$ en la creación de la empresa.
Sin esta ley no existe ningún tipo de garantía legal que permita al emprendedor extranjero permanecer en tierra estadounidense para invertir en un negocio. La situación ha obligado al joven empresario a cruzar las fronteras del país, en búsqueda de mejores condiciones. Canadá las tiene.
Canadá, un nuevo apoyo para las startups en Norteamérica
Ante las nuevas limitaciones impuestas a los emprendedores en suelo estadounidense, Canadá se vislumbra como una nueva posibilidad ante los ojos de los inversionistas extranjeros. Desde 2013 promovieron unas visas de “inicio” que otorgaban facilidades de permanencia a los empresarios y les permitía optar por la residencia permanente, si obtenían recursos económicos de las llamadas “incubadoras de negocios” canadienses.
Hasta el momento 60 empresas han visto la luz para abrir sus puertas en Canadá. De igual manera, el lanzamiento de la Estrategia Global de Competencias apoyó la obtención expedita de permisos de trabajo para extranjeros calificados en un área de interés.
Este espacio ha abierto la posibilidad a profesionales de distintas especialidades. El auge de las startup en Canadá sin duda requerirá de abogados que puedan mantener en regla los lineamientos y acciones de los jóvenes emprendimientos. Mantener actualizada tu síntesis curricular y construir un buen networking son herramientas especiales para mantenerte informado sobre las diversas opciones en las que puedes aportar tus conocimientos y experiencia profesional.
La buena planificación jurídica es un requisito indispensable para el éxito de cualquier empresa, más si se trata de las llamadas startup, que están a cargo de jóvenes emprendedores con poca experiencia el respecto. Es por esta razón que es fundamental la asesoría de los escritorios jurídicos, pues esta consultoría contribuirá a garantizar la seguridad de la inversión.
Fuentes consultadas