En un proceso judicial el conocimiento técnico sobre la legislación vigente, los hechos y las pruebas presentadas, forman parte de la información que se debe manejar para dar curso al caso y determinar responsabilidades. Sin embargo, el auge de la inteligencia artificial en el Derecho está modificando a quien se encarga de realizar esta tarea ¿cómo ocurre esto? pues la tecnología ha logrado diseñar sistemas de computación que simulen los procesos cognitivos de los abogados y jueces a la hora de hacerse cargo de un caso.
La inteligencia artificial se ha definido como una rama de la informática en el campo jurídico que sustituye, a través de la tecnología, funciones del Derecho realizadas naturalmente por seres humanos. Estas herramientas son capaces de automatizar las actividades desempeñadas por el pensamiento humano, entre las cuales se encuentra la toma de decisiones, la solución de problemas, el proceso de aprendizaje y el almacenamiento de información. Para ello, son programadas con la información que el usuario les proporciona a través de preguntas necesarias para emitir un resultado.
¿Puede la inteligencia artificial sustituir al talento humano?
Algunas de estas herramientas de inteligencia artificial han podido sustituir al recurso humano, pero otras se diseñaron con la intención de apoyar la labor del abogado, sobre todo en tareas como la identificación de un problema o la presentación de las posibles soluciones. Existen procesos neurofisiológicos que no pueden ser replicados en una máquina y en ese sentido, algunos especialistas señalan que estas aplicaciones deben usarse con conciencia y evaluando todos sus riesgos.
Parte de esa conciencia responde al reconocimiento de la complejidad del comportamiento humano, así como de las variables que influyen en él. A pesar de que se puedan medir e introducir en un sistema algunos aspectos del hecho social, queda claro que la formación de un profesional, con toda su experiencia y conciencia no puede ser reemplazado en su totalidad por la tecnología.
En el Derecho, el uso de la inteligencia artificial ha tomado gran auge para ejecutar determinadas funciones. Tal vez los sistemas jurídicos expertos son la más grande aplicación que se ha diseñado hasta el momento y se trata de una herramienta que es capaz de ayudar en el proceso de toma de decisiones en un caso judicial.
La diferencia del uso de la inteligencia artificial en este caso, es la intención de emular procesos cognitivos al plantear soluciones aplicando el conocimiento experto en la materia y los razonamientos en torno a este. Anteriormente las aplicaciones tecnológicas de este tipo empleadas en el Derecho prestaban apoyo únicamente en el archivo de grandes cantidades de información que pueden ser consultados de forma automatizada e inteligente a través del uso de sistemas de bases de datos.
Uno de los puntos más críticos a la hora de aplicar estos sistemas que apoyan a la toma de decisiones en casos jurídicos, es la ambigüedad de algunas leyes susceptibles a interpretación y la posible incapacidad de la inteligencia artificial para hacer frente a estos casos. La formación de profesionales del Derecho en conocimientos técnicas aplicados a estas herramientas es una necesidad para comprender más a profundidad su uso y regularlo, a fin de evitar errores que en este caso se traducen en injusticia e impunidad.