El desafío del cibercrimen mundial
En la última década el delito informático ha pasado de ser un fenómeno aislado a convertirse en un mercado clandestino global que afecta a individuos, empresas y administraciones públicas. INTERPOL explica que un mismo ataque puede implicar a actores situados en distintos países, infraestructuras maliciosas dispersas por varias jurisdicciones y víctimas en todo el mundo[1]. Este carácter transnacional exige una estrategia igualmente internacional: solo mediante la colaboración entre Estados y con el sector privado se puede responder con eficacia[2].
Las pérdidas económicas por cibercrimen ya equivalen al PIB de grandes economías, y se prevé que se dupliquen en los próximos años[3]. Además, la frontera entre delitos tradicionales y delitos cibernéticos se ha desdibujado; muchas infracciones clásicas incluyen componentes digitales[4]. Pese al componente técnico, la debilidad principal sigue siendo humana: la mayoría de las brechas de seguridad comienzan con la manipulación de una persona[5]. Para empresarios, industriales o familias de alto patrimonio, esto implica un riesgo sistémico que puede afectar patrimonio, reputación e incluso su libertad personal si terminan implicados en investigaciones internacionales.
¿Cómo responde INTERPOL?
INTERPOL es una organización intergubernamental que facilita la cooperación policial internacional respetando la soberanía de los Estados. Su Constitución le encarga “asegurar y promover la mayor asistencia mutua posible entre todas las autoridades policiales” y desarrollar instituciones que contribuyan a la prevención y represión de los delitos comunes[6]. La organización se rige por principios de soberanía nacional, respeto de los derechos humanos, neutralidad y cooperación activa[7]. Esto significa que INTERPOL no realiza detenciones ni investigaciones por su cuenta; actúa como plataforma de coordinación y de intercambio de información entre los cuerpos policiales de los 195 Estados miembros[8].
En materia de cibercriminalidad, INTERPOL trabaja para reducir el impacto mundial del cibercrimen y proteger a las comunidades[9]. Sus líneas de acción se centran en:
- Coordinación operativa: la organización coordina esfuerzos internacionales, aporta apoyo operativo y participa en operaciones que desmantelan grupos delictivos. Un ejemplo reciente es la operación ejecutada entre 2024 y 2025 en siete países africanos, donde se desarticularon redes de fraude online y se recuperaron más de USD 100 000[10].
- Intercambio de inteligencia: a través del Cyber Fusion Centre, INTERPOL recopila, analiza y comparte inteligencia sobre amenazas cibernéticas. La información procesada permite a las fuerzas policiales tomar decisiones informadas y responder de forma coordinada a malware, ransomware, phishing y estafas[11].
- Desarrollo de capacidades: ofrece formación presencial y en línea, talleres, ejercicios de simulación y proyectos de fortalecimiento institucional para que los países mejoren su respuesta al cibercrimen[12].
- Plataformas de colaboración: INTERPOL ha creado dos servicios seguros para compartir información sobre cibercriminalidad:
- Cybercrime Knowledge Exchange (CKE) – espacio abierto a fuerzas policiales, organismos gubernamentales y expertos del sector privado. Permite debatir tendencias, estrategias de prevención y técnicas de investigación[13].
- Cybercrime Collaborative Platform – Operations (CCP‑O) – plataforma restringida a agentes de operaciones, que aloja espacios de trabajo independientes para coordinar operaciones en curso. Facilita que los países visualicen el panorama completo de amenazas y enfoquen mejor sus recursos[14].
- Alianzas público‑privadas: INTERPOL reconoce que gran parte del conocimiento técnico está en empresas tecnológicas, instituciones financieras y universidades. A través de acuerdos formales, la organización colabora con socios que aportan datos, analistas, software y apoyo en la formación[15]. Estas alianzas son cruciales para detectar y neutralizar amenazas rápidamente[16].
¿Cómo puede un empresario o familia denunciar o protegerse?
Una premisa fundamental es que INTERPOL no acepta denuncias directamente del público. Según la propia organización, las víctimas o personas con información sobre delitos deben dirigirse siempre a la policía local o nacional, incluso cuando el delito tenga un componente internacional[17]. Las investigaciones y detenciones las efectúan las fuerzas policiales de cada país; INTERPOL actúa como puente entre ellas[18]. Esto implica que:
- Si su empresa o familia sufre un ataque informático que involucra a actores en otros países, debe denunciarlo ante la policía o Guardia Civil (en España) o ante la autoridad correspondiente en su país de residencia. Ellos podrán solicitar la colaboración de INTERPOL a través de la Oficina Central Nacional (OCN) del país.
Para consultas generales existe un formulario de contacto en el sitio web de INTERPOL. Sin embargo, la propia organización advierte que no puede responder a todas las solicitudes y que los mensajes relacionados con investigaciones pueden ser remitidos a las autoridades nacionales[19]. La sede del Secretariado General se encuentra en Lyon, Francia, y su Complejo Mundial de Innovación en Singapur[20].
Recomendaciones para clientes de alto nivel
- Denunciar rápidamente: en caso de ciberataque o estafa, presente la denuncia ante la policía española o venezolana (según su residencia) lo antes posible. Proporcione todas las evidencias digitales (correos, registros de servidor, capturas de pantalla). La pronta notificación facilita la conservación de pruebas y la colaboración internacional.
- Asesoría legal especializada: el marco jurídico internacional es complejo. Un abogado especializado en derecho penal internacional y delitos económicos puede orientar sobre la jurisdicción aplicable, la pertinencia de solicitar asistencia a INTERPOL y la protección de sus derechos en múltiples países.
- Prevención y cumplimiento: implante protocolos de ciberseguridad, auditorías periódicas y formación en su organización. La formación del personal es esencial porque el factor humano sigue siendo la principal vulnerabilidad[5].
- Reputación y respuesta mediática: los ataques pueden tener consecuencias reputacionales. Diseñe un plan de respuesta que incluya asesoría de comunicación y protección de datos personales.
Conclusión
El cibercrimen plantea desafíos jurídicos y operativos inéditos: delitos transnacionales, estructuras delictivas complejas y víctimas distribuidas por distintos continentes. INTERPOL no es una agencia de investigación al uso; su función es coordinar y facilitar la cooperación internacional, proporcionando inteligencia, capacitación y plataformas seguras para los cuerpos policiales[21]. Por tanto, la vía idónea para solicitar su intervención es acudir a la policía local o nacional, que a través de la Oficina Central Nacional correspondiente elevará la solicitud de colaboración[17].
Para empresarios, industriales y familias con patrimonio que operan en varios países, contar con asesoría jurídica especializada es esencial. Desde Venfort Abogados ofrecemos acompañamiento en la presentación de denuncias, la preservación de pruebas digitales, la coordinación con autoridades nacionales y la defensa en procedimientos internacionales. Nuestro objetivo es proteger su patrimonio y libertad, garantizando que cualquier investigación global respete sus derechos y se ajuste a los principios de soberanía, derechos humanos y neutralidad que rigen a INTERPOL[7]. Contáctenos.
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