El cambio es lo natural. Es el día a día en el mundo de la tecnología, cuyos avances fuerzan a una transformación continua en todos los ámbitos y modelos de negocio. En la era digital los clientes son más exigentes: requieren más eficiencia y cuentan con menos tiempo. Y sin duda, esto obliga al cambio.
A pesar de ser un negocio tradicional, los modelos de los bufetes de abogados también deberán adaptarse a las modificaciones surgidas del avance tecnológico. En ese sentido, la digitalización y el análisis de datos a gran escala se vislumbran como los dos elementos que resultarán más impactados en esta transformación.
Los cambios a realizar no solo deberán atender a las necesidades del cliente actual. También deben ajustarse a la realidad y expectativa de los jóvenes abogados, quienes representan la fuerza del talento humano que profundizará y manejará las adaptaciones tecnológicas en los bufetes.
Cambios a la orden del día en los bufetes
En tiempos de la revolución digital no basta con el asesoramiento técnico del Derecho. El representado necesita una compañía capaz de brindar un servicio legal cercano y a la vez global en múltiples jurisdicciones, y que permita resolver problemas cotidianos de toda índole.
Para ello, los bufetes deben enfrentar una profunda transformación que incluye el cambio del perfil tradicional del abogado y de la estructura organizativa de los bufetes. No solo se trata de la innovación en sistemas de facturación o bases de datos, se trata de un vuelco en el sistema y la cultura del bufete, para permitir la entrada de las nuevas herramientas tecnológicas que se traducirá en una sofisticación de los procesos.
La entrada de la innovación tecnológica apoyará la creación de mayor valor al servicio prestado al cliente, volviéndose más competitivo. Es de esperarse que los bufetes tengan que invertir mayores recursos en infraestructuras de comunicación y tecnologías de información. De igual manera, está en puerta el reto de potenciar el uso del análisis de la data en la industria legal, pues las nuevas herramientas lo harían posible.
Lo que implica la gestión de los cambios
Para operar estos cambios el personal debe contar con capacidades especiales, por lo que sus conocimientos en Derecho deben estar acompañados de habilidades para la gestión del nuevo modelo de negocio. «Invertir en herramientas que estimamos implantar supondrá un ahorro considerable de tiempo, pero sin que se vea afectada la calidad. Innovar en formación es clave para ser más eficiente y redefinir nuestros programas», indicó en una entrevista al portal web Expansión, Íñigo Berricano, socio director de Linklaters en España.
Para Carlos Rueda, socio director de Gómez – Acebo & Pombo la irrupción de la era digital supone una nueva configuración del espacio de trabajo, tomando en cuenta que la tecnología apoya la mejora de la eficiencia y la productividad.
Esta nueva configuración también impone la flexibilización de horarios y conciliación laboral, pues en los bufetes las estructuras laborales han sido tradicionalmente muy rígidas. De igual manera, supone el surgimiento de un nuevo liderazgo profesional e integrador que sea capaz de motivar y mantener en sus filas a profesionales capaces y con habilidades específicas en el entorno digital.
Contexto actualizado
El cambio global impuesto por la tecnología y las dinámicas sociales actuales han dibujado nuevos panoramas en el mundo legal. Estos son algunos de los escenarios que se muestran hoy en día:
- Situaciones legales nuevas surgidas de los nuevos modelos de negocio digitales, que requieren de legislaciones específicas.
- Cambios regulatorios en algunos mercados a raíz de las transformaciones generadas por el avance tecnológico.
- Habilidad de los clientes de realizar operaciones online, lo que supone un cambio en las exigencias del mismo.
- Asumir el reto de la ciberseguridad al implementar el uso de nuevas tecnologías que pueden ser violentadas si no se toman las previsiones necesarias.
No olvidar lo importante
Si bien es cierto, la tecnología ofrece la posibilidad de cambios rápidos y constantes. Sin embargo, en Derecho hay una cosa que siempre debe prevalecer: la ética profesional. La irrupción del avance tecnológico no debe suponer un abandono de la deontología jurídica.
Las capacidades profesionales y el respeto de la ética serán las bases de la confianza para que el cliente solicite los servicios de un bufete. Por lo tanto, el reto estará centrado en mantener estos valores a la par de generar conocimientos para la aplicación de nuevos modelos tecnológicos.
«La tecnología aplicada a la gestión del conocimiento debe permitirnos que en cada caso y cliente podamos tener toda la fuerza y la capacidad de innovación de un grupo internacional, con el mejor conocimiento del derecho de los negocios locales», explicó Fernando Vives, presidente ejecutivo de Garrigues, consultado por el sitio web Expansión.
Fuentes consultadas