Una de las situaciones para la que debe entrenarse un abogado es la actuación frente a un juez o magistrado durante el proceso legal. Lo que ocurre en ese momento suele ser crucial para los resultados del caso y habla mucho de la preparación y experiencia adquirida por el profesional en leyes.
Para un abogado con trayectoria, el momento de presentar los argumentos frente al juzgado puede resultar una práctica de rutina. Sin embargo, es un arte que requiere de habilidades específicas a considerar. La regla de oro para todos las oportunidades es haber investigado y conocer a profundidad todo lo relativo al caso. Cuando un abogado expone la factibilidad de una defensa debe conocer por completo la causa que representa, pues su trabajo es convencer a la máxima autoridad en el área sobre la veracidad de los argumentos.
Evidentemente, aparte de evaluar todas las aristas del caso, el profesional debe ser honesto e íntegro en todo su discurso. Una palabra que no refleje la verdad no puede ser sostenida en el tiempo y ensombrecerá el desarrollo del caso e incluso la trayectoria de quien lo represente.
Estas son algunas consideraciones a tomar en cuenta cuando llegue el momento de presentar argumentos frente a un juez o máxima autoridad legal en el proceso jurídico:
- Llegar con puntualidad a la cita fijada para la audiencia.
- Mantener el tratamiento oficial y de carácter protocolar a la figura del magistrado.
- Tener buena presencia y una vestimenta adecuada para el acto profesional. Es importante sentirse cómodo en el espacio respetando el protocolo de la práctica legal, por lo que un estilo elegante y sobrio es siempre una buena opción para estos momentos.
- Diseñar la estrategia del discurso a seguir durante el proceso. Incluso considerar varias líneas de acción, en caso de que alguna deba ser abandonada.
- La comunicación debe ser clara, precisa y completa. Es importante que el magistrado comprenda con exactitud cada una de las palabras del discurso del abogado.
- No exponer argumentos que no apoyarán la tesis inicial de su defensa. Evita contradicciones y malos entendidos.
- Usar un tono respetuoso y amable con la autoridad judicial. Procurar en lo posible hacer contacto visual con quien ejerza esa función durante la presentación de los alegatos.
- Responder de forma clara y precisa las inquietudes provenientes del magistrado.
- Poner a disposición del juez todos los alegatos, pruebas y testimonios de los argumentos presentados para defender el caso.
- Mantener siempre la calma, a pesar del camino que pueda tomar el caso. Es importante para su cliente y su trayectoria personal sobrepasar cualquier situación que afecte los intereses del caso con la mayor serenidad posible.
- De ser necesario practique con sus testigos la intervención, antes de presentarse al juzgado.
- Asesorar con precisión al cliente, a fin de evitar errores en la presentación del caso y asegurar la legítima defensa.