El término «crímenes contra la humanidad» surgió tras la II Guerra Mundial. Para denominar y determinar responsabilidades ante los sucesos ocurridos en el conflicto bélico. Con la implementación de este concepto se pretendía castigar a los agentes estatales que habían auspiciado torturas o genocidio contra la población civil.
Según la normativa establecida en el Estatuto de Núremberg, los Estados se ven en la obligación de llevar a juicio a los criminales internacionales. O en su defecto entregarlos a los organismos correspondientes para que sean juzgados. Este reglamento fue reforzado en 1948 por la Declaración de los Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas.
La figura de jurisdicción internacional fue acuñada para ejecutar tales acciones. Se define formalmente como «un principio jurídico que permite o exige a un Estado enjuiciar penalmente ciertos crímenes, independientemente del lugar donde se hayan cometido y de la nacionalidad del autor y de la víctima», tal como se explica en la publicación: Los principios de jurisdicción universal y complementariedad de la revista internacional Review of the Red Cross. Este principio del Derecho fue establecido en los cuatro convenios de Ginebra de 1949.
Sin embargo, no fue sino hasta 1998 que se estableció la Corte Penal Internacional. Entidad jurídica independiente que puede actuar frente a crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra, genocidio y agresión.
Los procesos legales que involucran a los casos de jurisdicción universal tienden a ser lentos y complicados. Por manejar una dinámica diferente a la establecida en otros litigios. Por lo general, en ellos se cuentan diversos implicados, incontables afectados y por si fuese poco intereses político – económicos que intentan no ser impactados con las acciones.
Para superar la limitación de la territorialidad. El Derecho Internacional ha ido reconociendo que los tribunales pueden tener ciertas formas de jurisdicción extraterritorial, imponiendo directamente sanciones o responsabilidades a un individuo en particular. De igual manera, los jefes de Estado o las autoridades en general no están exentos de ser sometidos a juicio.
Prevención: Una gran oportunidad para la justicia internacional
La voluntad, la ética y la constancia de profesionales del Derecho en diversas partes del mundo han hecho posible que la violación de los derechos humanos no quede impune.
Para lograrlo han tenido que lidiar con múltiples contratiempos y presiones de todo tipo. No hay que olvidar que se trata de ejecutar la Ley ante crímenes cuyos responsables tienen la capacidad de movilizar recursos diplomáticos, económicos y militares. Que pueden entorpecer el proceso legal.
Para contrarrestar estos mecanismos de evasión. La jurisdicción internacional es una alternativa necesaria para prevenir y castigar los delitos contra la humanidad que difícilmente son sancionadas por el propio Estado.
Cada Estado que suscriba los acuerdos establecidos para resguardar la jurisdicción universal tiene la responsabilidad de prevenir y sancionar estos delitos de carácter internacional. La impunidad ante estos crímenes es una forma de continuar promoviéndolos. Por el contrario, comprometerse con el cumplimiento de este principio es la forma más sencilla de evitar este tipo de delitos de grandes proporciones y consecuencias para la humanidad.
Un documental para recordar
The Code asumió la responsabilidad de llevar a la pantalla grande la titánica labor de los abogados encargados de defender a las víctimas de los crímenes internacionales.
A través de la experiencia del juez español Baltasar Garzón, quien ordenó la detención del dictador chileno Augusto Pinochet. El documental describe las implicaciones de los procesos judiciales que llevan cientos de juristas en el mundo. Para determinar responsabilidades y castigar a los culpables de los grandes delitos económicos, ambientales, financieros, políticos y de guerra que lesionan los derechos de la humanidad.
The Code —en palabras de su director, Carles Caparrós— persigue colaborar con acercar el lenguaje jurídico y a sus posibilidades a las mayorías. «Es una película de héroes, juristas valientes y personajes clásicos del cine negro. Nuestro equipo lleva ya tres años desarrollando este proyecto. Convencidos de su importancia para dar a conocer el trabajo de los activistas legales», destacó Caparrós.
En el bufete Alan Aldana & Abogados aportamos nuestro granito de arena. Para apoyar la cristalización de este proyecto, que sin dudas pondrá sobre el tapete el valor de la jurisdicción universal y hará posible que cada vez más los crímenes contra la humanidad encuentren justicia. Al momento el documental cumplió con la meta de recaudación para ser llevado a la pantalla del cine. Consulta aquí sobre la iniciativa.
Fuentes consultadas