La modernidad ha puesto de manifiesto una situación que posiblemente lleva mucho tiempo ocurriendo, pero que no había tomado tanta fuerza o tal vez no había sido denunciada con tanta intensidad. El acoso escolar es un problema que afecta a diversos niños y adolescentes en todo el mundo, sin importar la clase social, desempeño escolar, raza o sexo. Sentir rechazo o peor aún ser víctima de agresiones verbales e incluso físicas impacta gravemente en la integridad física, moral y mental a tempranas edades, cuando la convivencia debería ser forjada en amor, empatía y valores.
¿Qué es el acoso escolar?
La definición del acoso escolar o bullying hace referencia al maltrato físico o psicológico deliberado y continuado que recibe un niño o joven por parte de otro u otros, con la intención de someterlo y atemorizarlo para obtener algún resultado favorable para los acosadores o satisfacer en ellos la necesidad de agredir a otro. Este acoso implica una repetición continuada en el tiempo de burlas y agresiones, al punto de provocar la exclusión social del individuo afectado.
Datos de la Fundación Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo en España (Anar) para 2017 revelaron que el perfil de víctimas de este situación suele ubicarse en individuos de 10 años de edad y es sufrido de igual forma por niños y niñas. Las cifras también mostraron que las consecuencias pueden ser muy serias cuando el acoso escolar se prolonga en el tiempo, pues nueve de cada 10 afectados padece de trastornos psicológicos como ansiedad, depresión o miedo permanente, mientras que en 8,2% de los casos registrados por la fundación española se han presentado intentos de suicidio.
Los estudios realizados por la organización Bullying Sin Fronteras advierten que en América Latina siete de cada 10 niños son víctimas de este asedio en el espacio académico.
Acciones para frenar el acoso
Sin duda, el bullying es un factor perturbante en la vida de los niños y jóvenes en edad escolar. Algunos países y regiones del mundo han tomado acción para atender esta situación y sobre todo prevenirla en los salones de clases, que junto al hogar son los espacios por excelencia de este grupo etario.
En España los alumnos de los centros educativos tienen establecidos unos derechos básicos cuya intención es actuar legalmente frente a esta situación de abuso. Las medidas están contempladas en la Ley Orgánica reguladora del Derecho a la Educación (Lode) y a grandes rasgos ofrecen protección a la identidad, la integridad y la dignidad personal. De igual manera, el reglamento define el derecho a que la dedicación, esfuerzo y rendimiento académico sean reconocidos con objetividad, así como la posibilidad de recibir orientación educativa y profesional en cualquier área requerida.
La libertad de conciencia, las convicciones religiosas y morales también son claramente respetadas en el estatuto legal que además garantiza el derecho a participar en el funcionamiento y en la vida del centro educativo. El instrumento legal también considera la protección a la integridad física, moral y mental no solo al referirse a posibles daños ocasionados por los empleados del centro educativo, sino también de los mismos alumnos. La jurisprudencia española además exige vigilancia de la Administración de los centros educativos para evitar agresiones físicas y morales entre los chicos, pues la ocurrencia de estos hechos puede conllevar a la aplicación de sanciones a las instituciones académicas responsables.
Por su parte, en América Latina, se ha solicitado reunir esfuerzos de forma más contundente para frenar estas situaciones que menoscaban el desarrollo integral de los individuos desde tempranas edades. Sin embargo, no se ha contado con la voluntad política y legal para dar una respuesta eficaz ante estas situaciones. En ese sentido, la Relatora sobre los Derechos de la Niñez de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Esmeralda Arosemena de Troitiño, invitó a los países de la región a poner en práctica los principios rectores en materia de derechos de niños y adolescentes e insistió en la necesidad de redoblar los esfuerzos para eliminar todo tipo de agresiones y eventos violentos contra este grupo, incluido el acoso escolar.
La Relatoría en esta área ha identificado al acoso escolar como responsable de efectos negativos en el derecho a la educación, pues incrementa los índices de deserción y ausentismo escolar.
¿Cómo identificar la ocurrencia de acoso escolar?
Estas actuaciones pueden dar cuenta de la presencia de una situación de acoso en las aulas de clase:
- Cambios repentinos y sin aparente razón en el comportamiento del niño que pueden incluir modificaciones en el humor.
- Episodios de tristeza, llanto o irritabilidad constante.
- Alteración en el ritmo del sueño y ocurrencia de pesadillas con más frecuencia. También puede presentarse pérdida del apetito.
- Dolores de cabeza, de estómago o cualquier molestia física somática.
- Pérdida frecuente de los implementos y materiales escolares.
- Aparición de golpes,hematomas o rasguños en cualquier parte del cuerpo.
- Negación a ir al colegio o a compartir con sus compañeros. Aislamiento social.
En el caso de Venezuela, los Consejos de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes establecen los procedimientos efectivos para la preservación de los derechos de niños y adolescentes.
Fuentes:
