El pasado 18 de febrero Estados Unidos dió uno de los pasos más contundentes, hasta el momento, para intentar cercar la acción del gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, a través del bloqueo de las exportaciones petroleras. La medida tomada fue una sanción a la empresa petrolera rusa Rosneft Trading S.A., constituida en Suiza y en mayor parte propiedad de la Federación de Rusia, conforme a la Orden Ejecutiva 13.850.
La sanción bloquea todos los bienes e intereses propiedad de Rosneft Trading, S.A., y del Sr. Didier Casimiro, su presidente, que se encuentren en Estados Unidos o en posesión o control de personas estadounidenses, así como a cualquier entidad que sea propiedad directa o indirectamente del 50% o más de la empresa o de su presidente.
En enero de 2019 el país norteamericano había emitido una serie de sanciones que limitaban las operaciones de exportación del petróleo por parte de Venezuela. Sin embargo, la empresa rusa había logrado eludir las sanciones bajo la argumentación del compromiso del pago de la deuda que había contraído el país latinoamericano con Rusia.
El documento presentado por el Departamento de Tesoro de Estados Unidos explica que la empresa petrolera y su presidente, Didier Casimiro, negociaron la venta de y el transporte del crudo venezolano. “Estados Unidos está decidido a evitar el saqueo de los activos petroleros de Venezuela a manos del gobierno de Maduro”, dijo Steven Mnuchin, Secretario del Tesoro estadounidense.
La misiva detalla cuatro eventos que han sido claves para infringir la sanción a Rosneft:
- Envío de dos millones de barriles de petróleo crudo desde Venezuela a África occidental facilitado por la empresa rusa, en nombre de Pdvsa (enero 2020).
- Pdvsa planificó envíos de aproximadamente 55 millones de barriles de crudo con Rosneft (entre septiembre y diciembre de 2019).
- Pdvsa envió un millón de barriles de petróleo desde Venezuela con destino a Asia (septiembre 2019).
- Rosneft negoció el envío de dos millones de barriles de crudo venezolano, a pesar de las dificultades que surgieron para comercializar el petróleo del país después de las sanciones impuestas a comienzos del año pasado (agosto 2019).
Licencia General 36, la cual autoriza las actividades comerciales que sean necesarias para finalizar las operaciones o transacciones con la empresa rusa, o cualquier entidad en la que sea propietaria directa o indirectamente del cincuenta (50%) o más, lo cual ha de realizarse hasta el 20 de mayo de 2020.
Expertos consultados por el medio de comunicación BBC News indicaron que tras las primeras sanciones de 2019, los chinos e indios se retiraron de gran parte de los negocios de los hidrocarburos venezolanos por temor a las sanciones impuestas. Ante esta situación, Rosneft ha fungido como intermediario para garantizar la venta de petróleo con ambos países, lo que oxigena económicamente al gobierno venezolano.
Las sanciones impuestas en febrero, al igual que las anteriores, no son permanentes y su objetivo es que a través de ellas se hagan cambios de comportamiento, según se lee en el documento. De igual manera, el país norteamericano aclara que las sanciones pueden ser levantadas una vez que el sancionado tome acciones concretas, significativas y verificables para apoyar la democracia en Venezuela.