La justicia no tiene descanso. Su proceder tiene cabida durante los 365 días del año y esta cualidad apoya la misión de hacer de este mundo un espacio más justo. La Navidad supone, en muchos casos, un momento para la reflexión profunda y para el replantearse las metas para el próximo año.
Los Derechos Humanos es de esos temas que siempre tienen cabida en la conciencia y el pensamiento de la humanidad, pues su cumplimiento ha representado una lucha constante a lo largo de la historia, con la intención de despertar al ser humano a sus verdaderas posibilidades, en consonancia con las garantías fundamentales.
Navidad y Derechos Humanos: tiempo para la reflexión
Los Derechos Humanos son inherentes a todos los seres humanos. Sin distinción de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, raza, color de piel, religión, lengua o cualquier otra condición socio – económica. Por tanto, son interrelacionados, interdependientes e indivisibles.
A través de tratados y el derecho internacional, las garantías fundamentales han estado contempladas de alguna u otra manera en el sistema legal mundial. Los logros alcanzados en esta materia han determinado obligaciones a los gobiernos y Estado a la hora de hacer frente a diversas situaciones. A fin de promover y proteger la integridad de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los individuos y grupos.
La universalidad de los Derechos Humanos es de sus cualidades más importantes, pues supone que son aplicados sin distinción en cualquier parte del mundo, tomando en cuenta a todos los representantes de la humanidad. Todos los Estados han ratificado al menos algún documento legal que ratifique estos derechos, comprometiéndose a cumplir con las obligaciones jurídicas que estos mecanismos imponen.
Además, estas libertades fundamentales tienen la particularidad de ser interrelacionados e interdependientes. Por esta razón el avance de uno facilita el paso del otro. Y de la misma manera, la privación de uno impacta negativamente en los demás.
El sistema de derechos fundamentales
En el mundo no existe otro sistema legal más amplio e importante que aquel que soporta el cumplimiento de las garantías fundamentales para la humanidad. Su funcionamiento garantiza, sin duda, la creación de un espacio respetuoso de la integridad, las libertades y la dignidad humana.
La manifestación de ese espacio ha costado batallas legales y activistas importantes. Como en todo proceso, se han cometido errores, se han tenido que enmendar acciones e incluso ajustar reglamentos a fin de potenciar el poder de esta arma para la preservación de los derechos.
La celebración de estas fechas navideñas invita a la reflexión al respecto. Las revisiones de la acción, alcance y resultados en esta materia. Son las bases de las decisiones a tomar los años venideros, apuntando al fortalecimiento de los mecanismos legales que garantizan la protección y promoción de las garantías fundamentales inalienables de todo ser humano.
Fuentes consultadas: