Ya hemos hablado del camino que se está abriendo la inteligencia artificial en el Derecho. La incorporación de estas tecnologías no ha sido tan rápida en el campo legal, a diferencia de lo ocurrido en otras áreas profesionales. Sin embargo, con el pasar del tiempo se ha convertido en una herramienta que comienza a tener aplicaciones y funciones específicas.
La inteligencia artificial legal es definida como una rama de la informática en el área jurídica que sustituye funciones, atribuidas naturalmente a seres humanos, por sistemas expertos de cómputo. A través de ellas es posible desarrollar tareas legales como la preparación de una estrategia procesal, el análisis de un contrato, la toma de decisiones y soluciones a diversos casos, el almacenamiento de información confidencial, entre otras. Estas herramientas pueden ser programadas con la información que el usuario proporciona, con la intención de emitir un resultado.
Un sistema experto, tal como se detalla en el conjunto de definiciones propuestas por el trabajo Inteligencia Artificial y Derecho Penal de María Hernández Giménez, es un programa con la capacidad de otorgar respuestas expertas en el tema para el que está configurado para apoyar la toma de decisiones. Actúa como si se recurriese a una voz especialista, en este caso un abogado.
El cliente es uno de los aspectos principales en el desarrollo del proceso judicial y penal. Esto es una verdad que sigue ganando terreno en la profesión. Ahora, las herramientas tecnológicas además son un gran aliado para diferenciarse en el mercado, pues supone la automatización de una gran cantidad de información que amplía los horizontes en el análisis de casos.
Los beneficios de estas aplicaciones innovadoras se traducen especialmente en términos de eficiencia y productividad, debido a que permiten reducir considerablemente tiempos en horas hombre. Sin embargo, los costos de su desarrollo son altos y exige a los despachos de abogados, tanto en la esfera privada como en la pública, una fuerte inversión de recursos.
En la aplicación de la inteligencia artificial al Derecho Penal, Hernández Giménez destaca en su artículo algunas de las herramientas más empleadas en esta especialización:
- Videoconferencia: Es una de las aplicaciones del proceso penal más usadas, gracias a que permite evitar el encuentro físico entre agresor y víctima, por lo que se puede proteger a testigos y menores de edad al momento de dar las declaraciones. También es usada en el momento del juicio como prueba preconstituida que será aportada en otra fase del caso.
- Pruebas electrónicas: Se trata de toda la información con valor probatorio enviada a través de un medio electrónico. A pesar de que es usada en varias áreas del Derecho, cobra especial importancia en el Penal. Las pruebas electrónicas, si bien pueden ser manipuladas por expertos en informática, es de conocimiento que cada vez más serán usadas como información valiosa para el esclarecimiento de casos, por lo que es importante que los juristas y especialistas en Derecho Penal estén al tanto de su uso y de las forma en las que pueden ser manipuladas.
- Apoyo a la investigación policial: La tecnología en el campo de la investigación policial ha supuesto un cambio importante, ya que ha mostrado la aparición de nuevos medios de investigación.
- Mapas criminales: Permiten el estudio del espacio y tiempo de ocurrencia de los delitos cometidos en una zona y en un lapso específico.
- Drones: Las imágenes obtenidas por un dron constituyen pruebas valiosas dentro de un proceso penal. Pueden ser usados para investigar a una persona en concreto o localizar nuevas pruebas.
- Detección de denuncias falsas: A través de algoritmos y modelaje matemático, se han creado aplicaciones capaces de detectar cuando una denuncia es falsa.
- Gafas de identificación: Se trata de un dispositivo visual que permite obtener datos de forma inmediata de las personas, a través de reconocimiento facial.
- Análisis de la escena del crimen: Se encarga de procesar todos los datos recabados en una escena del crimen y desarrollar posibles líneas de investigación. De igual manera, almacena y organiza toda la información en bases de datos para ser cruzadas y empleadas en diversas fases de la investigación.
A pesar de que la inteligencia artificial es un camino con grandes pasos dados en el ámbito público y privado, aún no se ha generado una regulación específica y clara para ella. Entre los aspectos que causan más preocupación en el Derecho a la hora de sentar bases legales al respecto, es la responsabilidad civil, es decir, la obligación a indemnizar a quien o quienes hayan sido dañados o lesionados de forma involuntaria por el uso de estas aplicaciones.
Indudablemente a través de algoritmos y programaciones, es posible crear aplicaciones que permitan a los abogados penales obtener de forma más rápida datos imprescindibles en la investigación para la defensa. Sin embargo, para evitar riesgos no está de más que los especialistas constaten la procedencia de la información y los mecanismos que las aplicaciones están empleando para procesarla. El perfeccionamiento de estas herramientas puede conllevar a un camino más seguro que el que se muestra en la actualidad, que permitiría ahorrar tiempo en los procesamientos legales.