Las técnicas de litigación penal son herramientas fundamentales a la hora de persuadir ante un argumento. Es por ello que todo buen abogado debe conocer, estudiar y ponerlas en práctica para poder establecer un estilo propio que le resulte eficaz al momento de litigar.
Por ello, en Aldana & Abogados queremos compartirte 4 técnicas que puedes aplicar para mejorar las habilidades argumentativas al momento de una presentación.
1- Establece tu alegato y detecta las debilidades propias
Es importante que al momento de planificar los argumentos del caso, podamos encontrar el objetivo principal de nuestro alegato. Porque es lo que nos va a permitir presentar las ideas de forma más organizada, precisa y vigorosa para convencer al tribunal de la verdad de los hechos.
Uno de los tips que te podemos recomendar es construir una teoría profunda, y analizarla para detectar las debilidades propias. De esta manera, podrás confrontar los puntos débiles y explicarlos razonablemente para restarles importancia. Pudiendo establecer frases y argumentos que ofrezcan valores e ideas pertinentes durante el juicio.
2- Desarrolla tu habilidad comunicativa
La comunicación efectiva es la clave de un buen debate en juicio. Es importante trabajar en la capacitación de tus habilidades comunicacionales, ya que de ello depende lo que quieres proyectar en juicio. Además, te ayuda a introducir información en el momento adecuado, además de transmitir ideas de forma coherente, sencilla y directa, para que las partes lo entiendan rápidamente.
En ese sentido, debes ejercitar tu empatía y escucha activa, para poder transmitir respuestas asertivas en el momento en que sea necesario. Así que, al mejorar tu oratoria en sala, en conjunto con tus métodos de negociación, podrás mejorar los argumentos y la forma en la que expresas tus ideas.
3- Planifica tu estrategia para el interrogatorio y contrainterrogatorio
Otra de las técnicas de litigación que debes aplicar al momento de presentar un caso, es el de planificar con antelación la estrategia de interrogatorio y contrainterrogatorio. En el caso del interrogatorio, debes evitar las preguntas capciosas porque no son consideradas como válidas. Porque son formuladas con base al engaño e inducen al testigo a responder de una manera determinada.
Por otro lado, en el caso de los contrainterrogatorios, es recomendable que las preguntas sean sugestivas. Esto quiere decir que se realizan con el fin de evidenciar una debilidad en el medio de prueba, por lo que la pregunta no parte de los hechos narrados cronológicamente, sino de los temas susceptibles o contradictorios en el testimonio del declarante. Con el fin de sugerirle al tribunal, que debe neutralizar ese testimonio por deficiencias relativas a la teoría que sugiere la contraparte.
4- Practica tu redacción jurídica y lenguaje no verbal
Si bien la inteligencia artificial es un recurso que nos puede ayudar en la redacción de textos jurídicos, es preferible practicar constantemente este tipo de lenguaje para que puedas defender tus argumentos de forma propia y veraz en cualquier instancia del juicio. De esta manera, sin importar cuál sea la naturaleza del caso en el que estés trabajando, si tienes un dominio del lenguaje escrito podrás comunicar tus ideas de forma clara y precisa, por eso es tan importante hacer uso de la terminología adecuada en cada escenario en el que estés representando a una de las partes.
En el caso del lenguaje no verbal, este se define como la transmisión de mensajes por medio de expresiones físicas. Para que un abogado pueda dominarlo en el caso de un litigio, debe estar consciente de cómo son sus gestos, movimientos de las manos, mirada, postura, entre otros, pero sobre todo tener el dominio de su actividad corporal, logrando con esto enfatizar y apoyar su narrativa de la forma más positiva posible.
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